Mantener el deseo sexual en pareja es una de las tareas más delicadas de una relación. Requiere un equilibrio –siempre inestable- entre dos necesidades humanas básicas y, sólo en parte, contrapuestas. Ambas configuran el sueño de la pareja ideal.
En el polo de la seguridad
• Haz que sienta que le importas, que no te es indiferente lo que haga o le suceda.
• Alimenta el sentimiento de conexión y cercanía. Pasa tiempo con la pareja.
• Establece una relación clara de ayuda mutua y reciprocidad. “Mira por el otro”, no ya por lo que éste tiene, logra o hace sino por lo que se “es”, por el ser humano que reconoces más allá.
• Trátale con amabilidad y respeto. Hazte merecedor de confianza, eso es, sé auténtico y veraz.
• Muéstrale admiración. Reconoce aquello único y singular de tu consorte.
En el polo del misterio
• Desarrolla seguridad en ti mismo. Haz cosas que te apasionen y muéstraselas. Permítete ser espontáneo y natural.
• Cuida al otro pero huye de la dependencia emocional. No hay nada más antierótico que la sumisión o el aferramiento.
• Sorpréndele, evita la inercia, la comodidad excesiva y las rutinas previsibles.
• Mantén la capacidad de juego. Busca ocasiones para reíros juntos. Una pareja empieza a enfermar cuando deja de reír. No dejes que el sentido del humor se desvanezca.
Las parejas que más disfrutan de la sexualidad son las que buscan un espacio para compartir
Con estos ingredientes podrá cocinarse una buena intimidad sexual y mantener el deseo. Para que ello pueda durar muchos años, el encuentro erótico ha de resultar gratificante como espacio diferenciado y único.