Un sabio, se paró ante un público y contó
un chiste y todos se rieron. Al cabo de un
rato contó el mismo chiste y casi nadie reía;
contó el chiste una y otra vez hasta que
nadie se reía. Y dijo: si no puedes reírte varias
veces de una sola cosa, ¿Por qué lloras
por lo mismo una y otra vez?